El miércoles 23 de abril se inauguró la muestra de Daniel Sedita, “Armonías de color”, que incluyó posteriormente el descubrimiento de los reconocimientos recibidos, por la labor de la sala de arte y por lo cual se han emplazado, en el ingreso al colegio, las placas otorgadas por: La Legislatura de la Provincia de Córdoba, La Agencia Córdoba Cultura, El Concejo Deliberante de la Ciudad de Córdoba y la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Córdoba.
Entre las autoridades presentes, debemos mencionar a la señora Presidente del Colegio de Escribanos: Esc. Lidia D. Lasagna, Protesorero, Esc. Mario Rodolfo Jiménez, integrantes de la comisión de Cultura, Esc. Analía Robledo. Asimismo, de la Agencia Córdoba Cultura, el Sr Daniel Delbono, en representación de su Presidente Raúl Sansica; la señora Jimena Garzón, Subsecretaria de Cultura de la Municipalidad de Córdoba y la Dra. Silvina Biazzi, Directora de Industrias Creativas y Gestión Audiovisual, en representación del Secretario de Cultura de la Municipalidad de Córdoba, sr. Mariano Almada.
También cabe destacar la presencia del señor Director de Patrimonio Arquitectónico de la Municipalidad de Córdoba, Lic. Juan Martín Sequeira, y de numerosos visitantes del ámbito artístico, notarios y también de la comunidad.
La exposición se podrá visitar de lunes a viernes de 8 a 16 hs, hasta el 23 de mayo del corriente año en la Sala de Arte del Colegio de Escribanos de la Provincia de Córdoba, que fue declarada de interés cultural por la Agencia Córdoba Cultura, el Consejo Deliberante de la Ciudad de Córdoba, la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Córdoba y por la Legislatura Provincial.
Sobre la Obra
En la obra de Daniel Sedita, la representación de la naturaleza trasciende la mímesis y se adentra en una esfera donde la figuración coquetea con la abstracción, como si la realidad, en su infinita plenitud, se desdibujan en un estado de pura vibración cromática.
A través de una técnica pictórica que oscila entre la solidez de la materia y la evanescencia del trazo, Sedita se inscribe en la tradición de quienes han entendido que la pintura es más que la representación del mundo: es la revelación de su estructura interna.
Los tonos vibrantes, intensos y superpuestos sugieren un dinamismo que emana desde el centro mismo de la composición. La espátula, a ratos impetuosa, a ratos etérea, configura una botánica imaginada, un jardín inmerso en un paisaje, que no pertenece a ningún tiempo ni a ningún espacio, sino a la memoria universal de la belleza. En sus lienzos, el paisaje deja de ser objeto para convertirse en pura fenomenología del color y la luz.
Cada obra es, en última instancia, una meditación sobre la transitoriedad y la permanencia. Así como la flor real se abre y se marchita en un ciclo incesante, la pintura de Sedita nos enfrenta al misterio del instante: ese instante en que la belleza se revela sólo para desvanecerse, dejando tras de sí la impresión de lo eterno.
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